¿Será que la inteligencia artificial puede suplir a la inteligencia humana?
El concepto de una sociedad de robots tomando el control del mundo, obviamente a nuestra costa, ha sido «fantaseado» por la humanidad incluso antes de que existieran los fundamentos de la inteligencia artificial. Por eso, cada vez que la IA aparece en los titulares de cualquier parte del mundo, no tardan en aparecer comentarios que afirman que «pronto vendrán en nuestra ayuda» y «nos quitarán el trabajo y la libertad».
El concepto de una sociedad de robots tomando el control del mundo, obviamente a nuestra costa, ha sido «fantaseado» por la humanidad incluso antes de que existieran los fundamentos de la inteligencia artificial.
Cada año, los avances en inteligencia artificial (IA) nos asombran. Los algoritmos que reciben datos los comparan con los que ya tienen y responden a cada situación con la mejor solución que pueden.
Nos cruzamos constantemente con ella al utilizar nuestros smartphones, pero también se utiliza en los sectores financiero, sanitario y energético. A pesar de ello, la inteligencia artificial «no sustituirá a la inteligencia humana». Haldo Sponton, científico de datos y jefe de desarrollo de IA de Globant, una de las mayores empresas tecnológicas de Argentina con operaciones en 16 países, tiene esta opinión.
La IA ha tenido importantes restricciones hasta este momento. A pesar de ser herramientas poderosas para la humanidad y soluciones brillantes en sus respectivos campos, tienen capacidades muy limitadas. Sin un entrenamiento previo, las máquinas son incapaces de relacionar objetos y entidades.
Por lo tanto, sin la capacidad de adaptar su aprendizaje a otros entornos, una AI es incapaz de aplicar lo que ha aprendido a actividades y tareas adicionales que aún no tiene.
Gershenson, especialista en diseño y gestión de sistemas auto organizados de la Vrije Universiteit de Bruselas, afirmó que, a pesar de que las máquinas llevan tiempo derrotando a los humanos en diversas disciplinas, como el ajedrez, aún estamos muy lejos de que una máquina pueda llegar a sustituir a un humano.
Además existen capacidades humanas que no pueden ser sustituidas por la Inteligencia Artificial, en las que los seres humanos presentamos una ventaja insalvable hoy por hoy.
Inteligencia artificial emocional, lo que las maquinas no pueden aprender
Uno de los avances tecnológicos más significativos en la actualidad es lo que se conoce como aprendizaje automático en sistemas inteligentes, que incluye coches que se conducen solos, vehículos aéreos no tripulados, robots que pintan cuadros o componen música y otras máquinas que imitan la inteligencia humana. Sin embargo, esta ecuación tecnológica acaba de evitar uno de los aspectos más fundamentales de la inteligencia emocional, que es una de las características más distintivas de la inteligencia humana.
Toda decisión humana tiene peso porque las emociones nos influyen y condicionan. De este modo, parece obvio que para lograr nuestro objetivo de que una máquina imite el comportamiento humano, primero debemos permitir que la máquina sienta lo que siente una persona en cada momento concreto mientras toma una decisión. Y es entonces cuando surge la pregunta: «¿Puede una máquina sentir, emociones?».
La AI puede manejar fácilmente servicios básicos de comunicación verbal y visual, como la atención al cliente basada en asistentes digitales. Pero tenemos una ventaja que la Inteligencia Artificial nunca podrá igualar en nuestra capacidad para empatizar con el cliente y llevar a cabo una comunicación no verbal basada en las emociones.
¿Qué nos depara el futuro?
La pregunta que muchos nos hacemos es si la evolución es posible. ¿Qué será capaz de crear la inteligencia artificial en el futuro? Será esencial para resolver nuestros grandes problemas si se usa adecuadamente. Adaptarnos al cambio climático, disminuir nuestra influencia en el medio ambiente, satisfacer las necesidades de todos, tratar las enfermedades, gozar de buena salud… Una lista de deseos que acabaremos haciendo realidad . Ya sea sola o acompañada de inteligencia artificial.
«Si tenemos los datos, podemos hacer cualquier cosa», es el elemento mágico necesario para que la inteligencia artificial funcione y ofrezca los mejores resultados para que una «sociedad inteligente» pueda maximizar su eficacia. Y es que la inteligencia artificial del futuro está más presente que nunca: «La encontramos en todas partes, en nuestros teléfonos móviles como asistentes de voz, y en nuestros hogares como despertadores inteligentes. Esto ya es una realidad.
Educación
En la educación las clases virtuales son el camino del futuro aunque esto ya es un hecho. Ya hay muchos cursos disponibles en plataformas que pueden ser claramente informativas y a las que se puede acceder desde cualquier lugar y en cualquier momento.
La IA está permitiendo la automatización del tratamiento del papel, ya sea para la corrección de exámenes o para cuestiones relacionadas con la empresa. El concepto de escolarización a la luz de estos años podría redefinirse en función de la comodidad de los hogares, que se adapta a las necesidades de cada estudiante.
Medicina
La IA ha hecho una contribución única al avance del tratamiento del cáncer y de las formulaciones de fármacos anticancerígenos. Es posible proporcionar conocimientos e información que la mente humana no puede descubrir y adaptar los tratamientos a las necesidades específicas de cada paciente con cáncer.
Se cree que, en el futuro, la IA puede ser eficaz tanto para la investigación como para el tratamiento del cáncer en la mayoría de los cánceres humanos. Podría ayudar a los médicos a tomar decisiones más informadas, reducir las cirugías innecesarias y ayudar a los oncólogos a mejorar los planes de tratamiento del cáncer de sus pacientes.
También ahí está el control que tendrán de las personas, este punto entra en conflicto con nuestros propios derechos, pero la pandemia de coronavirus nos ha obligado a reconsiderar esta afirmación. Es muy probable que en nuestro futuro próximo la atención se centre en examinar todo lo que hacemos para ver si cumple o no la ley.
Conclusión
Como hemos visto, la AI se está desarrollando rápidamente. Debemos seguir apostando por una AI que sea práctica, útil y realista, capaz de adaptarse a las necesidades y retos a los que se enfrenta la industria en todo el mundo, y que tenga el potencial de convertirse en uno de los motores clave de la revolución industrial que estamos viviendo.